
Mantener bajo control o reducir al mínimo de los riesgos de contaminación química, física y biológica durante el procesamiento de las frutas y hortalizas; cumplir las reglamentaciones que describen los métodos, procedimientos instalaciones o controles requeridos para asegurar que los alimentos han sido procesados, empacados y mantenidos en condiciones sanitarias sin contaminación.